EN/
Two newspapers are pressed against the wall underneath a piece of wood. It’s as if the wood couldn’t touch the wall directly; with the papers adding a seemingly functionless and improvised element to the logic of construction posts in the street. Read this same story the other way around, and you find newspapers suspended between a wooden block and a wall. An intricate scaffolding system holds them in place.
This apparatus made of shoring posts, wood wedges, cinderblocks and inserted vintage printed materials (a Vogue from 1979, or a 1970s Guide to Sex pocketbook) serve as support for the newspaper layering. But it also operates as a viewing machine that claims its gravitational presence. It does double duty as, on the one hand, sculptural support and, on the other, as self-standing material entity. Slicing parts into surface, infrastructure, support or adornment doesn’t make much sense in this assembly of materials, references, and printing techniques (which also stand in for different technical times). Everything could be data, everything could be raw material, everything could be function. It’s matter of temporary positions on the endless web of production.
While she is undoubtedly part of a post-digital generation and also formed by the strong artistic context of Bilbao, June Crespo acts like an editor in the most serious meaning of the term: her repeated assembling of new and already used work or materials, her folding, inverting positives and negatives, code and wood, noun and pronoun, work through timely questions that conflate medium and message, representation and appearance. They even suggest such binaries are no longer, or never were, valid. Her queries informed by modular thinking and ready-at-hand industrial formats insert one, like a frozen computer screen sometimes does, into a halted exercise, a moment in which mediums-in-production meet, mess and meddle.
Sarah Demeuse, curator, Rivet’s co-founder
ES/
Dos periódicos están comprimidos contra la pared bajo un trozo de madera. Es como si la madera no pudiese tocar directamente la pared; las hojas de prensa añaden un elemento aparentemente improvisado y sin una función determinada a la lógica de los postes de construcción urbana. Pero si leemos este relato en sentido contrario, nos encontramos con unos periódicos suspendidos entre un bloque de madera y una pared. Un complejo sistema de andamios los sostiene.
Este dispositivo compuesto de puntales, cuñas de madera, bloques de cemento y materiales gráficos vintage insertados (un ejemplar de 1979 de la revista Vogue, o una edición de bolsillo de los años setenta de Guide to Sex) funciona como soporte para unas capas de periódico. Sin embargo, actúa también como un instrumento de visión que reclama su presencia gravitacional. Cumple entonces una doble función: por un lado, se trata de un soporte escultórico y, por otro, es una entidad material autónoma. En este emsamblaje de materiales, referencias y técnicas de impresión (que representan a su vez diferentes periodos históricos) no tiene sentido alguno tratar de separar sus partes en superficie, infraestructura, soporte o adorno. Todo podría ser información, todo podría ser materia prima, todo podría ser función. Depende de la posición temporal que ocupan en la red infinita de producción.
A la vez que June Crespo pertenece indudablemente a la generación post-digital y se forma dentro del sólido contexto artístico de Bilbao, actúa como un editor en el sentido más serio del término: su asemblar continuo de obras o materiales nuevos o anteriormente utilizados, sus pliegos, invirtiendo positivos y negativos, código y madera, sustantivo y pronombre, giran en torno a preguntas relevantes que confunden medio y mensaje, representación y apariencia. Sugieren incluso que estas dicotomías ya no son, ni nunca fueron, válidas. Sus investigaciones, moldeadas por un pensamiento modular y elementos industriales corrientes, nos insertan, del mismo modo que a veces lo hace una pantalla bloqueada de un ordenador, dentro de un ejercicio interrumpido, un instante en el que los elementos del proceso de producción se encuentran, se desordenan y se inmiscuyen.
Sarah Demeuse, comisaria, co-fundadora de Rivet